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Muchos dentistas luego de titularse, suelen conseguir empleos en diversas áreas de trabajo, algunos en un consultorio odontológico. Allí, logran obtener gran experiencia en la materia, ampliar su red de contactos, y tener sus propios pacientes.
Al pasar el tiempo, muchos odontólogos comienzan a tener la inquietud de cómo sería trabajar por su consultorio odontológico, tomar sus decisiones: ser su propio jefe. Aunque el mundo del emprendimiento puede no ser para cualquiera, hay quienes deciden arriesgarse y tomar desafíos.
Ahora bien, no alcanza solo con la experiencia en el plano profesional para llevarlo adelante. Hay dentistas que son excelentes en su trabajo pero haciéndolo para otro. Los más aventureros optan por ponerse a prueba.
Una frase muy conocida dice: “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. La principal característica del emprendedor es que no se queda en una idea, la vuelve realidad. Un primer paso debe ser el de conocer el mercado al cual se va a enfrentar. Seguramente, si ha trabajado como dentista para otro, ya conoce de qué se trata.
Para iniciar de una forma organizada y que nada se pierda de vista, es recomendable tener un Plan de negocios que explique hacia dónde se quiere ir. No necesariamente debe ser muy complejo. Ver un reflejo de los gastos, inversiones y ventas otorgará una visión más clara.
Aunque para muchos suele ser la principal dificultad, evitará problemas a futuro. Brindarle al emprendimiento una visión personal lo hará único y traerá valor agregado al proyecto que se piensa iniciar.
A veces, comenzar es la clave del éxito, o al menos el comienzo del camino. Estar preparado, prever lo que sucederá y ser perseverante será el puntapié de un emprendedor propietario de un consultorio odontológico exitoso.
Fuente original: www.amolca.wordpress.com
